
Hoy toca comentar una película que vi el otro día en la televisión: Supernova. Pésima película que no se salva en ningún punto.
Para entrar en materia, la película comienza con las predicciones de un físico teórico de que el Sol va a estallar como una supernova en los próximos años. Como viene siendo habitual para cualquier teórico, no le cree ni su propia familia, por lo que se retira a una paradisiaca cabaña hasta ver el fin de nuestras vidas.
Sin embargo una vez que comienza a ocurrir sus predicciones (en forma de erupciones gigantescas en el Sol) varias personas empiezan a creer en su teoría.
Obviando todas las aventuras por las que pasan los protagonistas a causa de las erupciones solares, finalmente llegamos al descubrimiento por parte del protagonista, y trabajador en dicha teoría, de un error en uno de sus desarrollos, resultando que el Sol ya no estallará como una supernova, sino que tendrá todavía una larga vida por delante. En este momento es cuando la realidad se ajusta a la teoría y la inestabilidad del Sol cesa.
Una vez hemos revelado el guión de la película y contado el final a todos aquellos que tuviesen ganas de verla, es momento de hacer los comentarios oportunos.
Bien, primero hemos de suponer que la masa del Sol es más de 2.5 veces mayor que su masa real, para que podamos dar validez a que en el final de su vida estallará como supernova, de acuerdo con el límite de Chandrasekar (ya me dirán como han conseguido que el Sol «engorde» tanto…).
En este punto ya tenemos un Sol que estalla como supernova. Ahora bien, ¿ donde se quedaron todas las fases intermedias entre la secuencia principal (la fase de estabilidad del Sol, donde se encuentra una estrella la mayor parte de su vida, como ocurre actualmente con el Sol) y la supernova ? Porque antes de estallar, el Sol, tenga la masa que tenga, se convertirá en una gigante roja, siendo esta fase la letal para la Tierra llegado el momento.
En esta fase el Sol se expandirá hasta un radio de aproximadamente el radio de la órbita de Venus o incluso de la Tierra, a la vez que enfría su temperatura superficial hasta unos 3000-2500K. Aquí se mantendrá unos miles de años, donde progresivamente irá perdiendo sus capas más externas hasta que se produzca el colapso para estallar como supernova o simplemente para quedarse como una enana blanca si nos atenemos a la masa real que tiene el Sol.
Bueno, saltándonos estas fases intermedias que son despreciables… ¿verdad? nos encontramos en los instantes anteriores a la explosión, donde el Sol presenta numerosas y gigantescas erupciones que repercuten a la Tierra en forma de auroras, junto con sus consecuencias, visibles por todo el globo (debe ser la única parte de la película relativamente real). Pero no se pudieron conformar en tener un buen momento en la película y tuvieron que cargárselo con unas pedazos rocas del orden de 1 km impactando contra la Tierra. Nadie les avisó de que lo que expulsa el Sol consiste básicamente en partículas ionizadas con unas densidades propias de un gas muy diluido.
Bueno, y llegamos a lo mejor de la película. Aquí es donde te das cuenta de que los mayores odios de todo físico teóricos hacia la Naturaleza y sus experimentos por no ajustarse éstos a su modelo son puramente infundados. Los pobres no se han dado cuenta de que las cosas funcionan al revés: es la Naturaleza la que se ajusta a los modelos. Así, si obtienes que la Tierra debería ser plana para poder ser estable, la Tierra será plana hasta el momento en que te des cuenta de tu error (gravísimo por cierto). Pues sí, en el momento en que el protagonista se dio cuenta de su error de cálculo (si es que un signo puede dar muchos quebraderos de cabeza, o, en este caso, muchas cabezas quebradas) el Sol se ajustó al nuevo modelo y volvió a su pacífica vida.
Reconociendo que esto sería como el cielo, o el paraíso, para todo teórico, no se ajusta excesivamente a la realidad creíble, pudiendo producir varias consecuencias terribles conociendo todos los manazas que hay por ahí a la hora de realizar un cálculo…
En fin, una película que mejor no ver ya que no da la talla ni aunque obvies todas sus inconsistencias.