Pero… ¿qué ocurriría si no tuviéramos la gravedad de la Tierra?. Los objetos no caerían al suelo, los líquidos no se comportarían de igual forma al «echarlos» a un recipiente y la llama de una cerilla no la veríamos como sube… por poner un ejemplo.
Una situación típica que nos podríamos encontrar a la hora de desayunar mientras estuviésemos a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) u otra nave orbitando la Tierra, donde tenemos una situación de ingravidez donde parece que no existe gravedad, es la relatada por Yakov Perelman en 1914, en lo que fue uno de sus primeros trabajos de ciencia ficción, donde cuenta con gran precisión cómo podría ser un desayuno rutinario a bordo de una de estas naves (que todavía no existían).
Si os ha entrado la curiosidad de qué cosas fuera de lo común nos encontraríamos durante el desayuno, tenéis el fragmento de Perelman en el blog de Libro de Notas.
Hola, soy estudiante de física, y me ha gustado mucho este blog, especialmente me ha parecido muy interesante esta entrada. Por otro lado me preguntaba si existe y conoce algún tipo de programa para estudiantes en el que se oferte la oportunidad de uno de esos viajes en avión de gravedad cero 🙂