Caer con estilo…

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Prácticamente todo el mundo ha visto alguna vez cómo un gato ha caído desde una gran altura (como un 2º o 3er piso…) y después de tocar suelo sale andando como si nada hubiera ocurrido. A veces incluso volviendo donde su desesperado dueño para recibir de nuevo el mismo tratamiento de choque antigatuno.

Y tras ver esta escena, siempre hay alguien que se pregunta de qué estarán hechos los gatos para poder tener una caída tan grande y salir sin un rasguño, cuando si fuéramos nosotros (o un perro también) los que somos arrojados por la misma ventana sufriríamos, en el mejor de los casos, un par de huesos rotos.

Llegados a este punto, si en vez de contemplar este evento y comentar los superpoderes que tienen los gatos, nos quedamos observando repetidas veces sus caídas (por ejemplo tirando repetidamente al gato por la ventana), podremos observar cómo, independientemente de la forma en que se tire al gato, éste siempre cae «de pie», nunca cae de costado o boca abajo, y concretamente, siempre lo hace con el cuerpo encogido y las patas estiradas.
Así que ya podemos inferir que los gatos «saben» cómo prepararse durante la caída para no hacerse daño cuando toque suelo.

Las acrobacias en el aire

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El siguiente paso que podríamos dar para conocer los misterios de los gatos sería grabarles en vídeo la caída, para así poder ver a cámara lenta los movimientos que ejercen en el aire, ya que hasta lo que hemos visto hay una cosa que nos puede chocar:
cuando uno está en el aire (donde no se puede agarrar ni impulsarse con nada) existe una cantidad, el momento angular, que no varía en todo tu movimiento. Y este momento angular es proporcional a la velocidad de giro que lleves y a tu masa y cómo está distribuida (i.e. la postura que tienes en ese momento).
Por ejemplo, si mantenemos la misma posición, seguiremos girando a la misma velocidad todo el rato, pero si pegamos los brazos al cuerpo, comenzaremos a girar más rápidamente (y si nos estiramos, giraremos más lentamente). Esto es habitual verlo en patinaje artístico o saltos de trampolín, donde los deportistas utilizan precisamente este hecho para acelerar o frenar su giro.

Entonces, por lo dicho anteriormente, podríamos ver difícil cómo el gato, independientemente de cómo le lancemos, acaba siempre de pie, ya que en algunos lanzamientos parece que debe cambiar su momento angular inicial para girarse, lo cual es imposible.

Sin embargo, el secreto está en saberse retorcer y encoger «con estilo», al igual que un contorsionista, para acabar girando para acabar en la posición deseada (con los pies abajo). Para ello, el gato comienza a girar las patas delanteras hacia abajo mientras que las traseras las «retuerce» hacia atrás para compensar el movimiento, y a continuación realiza otros movimientos con los que acaba con las patas traseras abajo también.

Tocando tierra

Una vez obtiene la posición buena, falta prepararse para el golpe. Para ello, el gato estira las cuatro patas a la vez que encoge el cuerpo. De esta forma, cuando toque tierra utiliza todo su cuerpo para amortiguar el golpe y no sufrir ningún daño.

Así que, por lo que podemos ver, el gato está lejos de tener «habilidades especiales» para evitar hacerse daño, y hasta nosotros podríamos evitar de la misma forma rompernos las piernas al caer de un 2º piso, solo nos falta conocer cómo debemos ponernos para amortiguar el golpe, con la diferencia de que esto para nosotros debería ser algo que tendríamos que aprender (y mejor no intentar aprenderlo por el método de prueba y error) mientras que el gato lo conoce instintivamente desde que nace.

Las alturas límite

Por último una peculiaridad muy interesante y que no suele ser conocida. En un principio podríamos suponer que cuanto más alto se deje caer al gato, más probabilidad de que sufra algún daño tiene. Sin embargo, esto choca con las estadísticas donde se puede comprobar que los gatos sufren más daños si caen de un 1º piso que de un 2º o 3º, y que si caen de un 4º o 5º muere un mayor porcentaje de gatos que si caen de un piso mayor al 6º.

¿Alguna explicación para esto?

Bien, hemos visto cómo el gato adopta su posición para compensar la caída. Pero si le dejamos caer desde un 1º piso por ejemplo, el gato toca tierra tan rápidamente que no ha tenido tiempo de posicionarse adecuadamente, por lo que no está todavía preparado para caer y puede sufrir daños.

Este era el caso fácil. Lo más inesperado es la razón por la que para alturas del orden del 5º piso se hace más daño que a más altura.

Y es que aquí hay que apelar al instinto del gato: ¿cómo sabe éste cuándo está cayendo para ponerse en posición «defensiva»? observando el comportamiento de los gatos, se ha podido comprobar que el gato se pone en esta postura siempre que nota que lleva un movimiento acelerado, es decir, en caída libre.

Pero ah!, un cuerpo no está acelerando todo el rato durante su caída, ya que debido al rozamiento que presenta frente al aire de la atmósfera, llega un momento que éste contrarresta la acción de la gravedad y por tanto la velocidad a la que cae el objeto (en este caso nuestro gato) pasa a ser constante, luego no hay aceleración. Esto, para un cuero como el de un gato estándar, ocurre aproximadamente a esas alturas.

Y al no sentir aceleración, el gato se relaja, por lo que deja de estar preparado para aterrizar, y el número de lesiones que sufre aumenta considerablemente.
Ahora, si tiene tiempo suficiente (es decir, cae de mayor altura), al relajarse adopta una postura con el cuerpo más estirado, lo que hace que el rozamiento que experimenta contra el aire sea mayor y por tanto la velocidad límite que alcanza es menor.
Y esta es la razón por la que para alturas de más de 6 pisos sufre algo menos de daño: el gato, simplemente, cae con menos velocidad que antes!.

Más información:

  • Explicación más en detalle del estudio. (en inglés)
  • Los gatos y la velocidad límite (CienciaNet).
  • 3 comentarios en “Caer con estilo…

    1. Gatilessss!!!!! 🙂
      La verdad es que no se que tenemos los fisicos con los gatos.. y ademas es siempre para cosas macabras :S

      Un saludin!!

    2. Así que hay físicos que se dedican a tirar gatos desde los edificios… Suena bastante agresivo, muy alejado de la clásica imagen de doctor despistado con gafas de culo de vaso y bata blanca de tiza que tiene el populacho.

      Entonces si el gato alcanza su velocidad límite en el 5º piso, ¿puedo tirar a mi gato desde lo alto de las torres Kyo sin que le pase nada?

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